jueves, 13 de marzo de 2014

Procesionaria del Pino (Thaumetopoea pityocampa)

Es una especie de lepidóptero, recientemente incluido en la familia Thaumetopoiedae (anteriormente perteneciente a la familia Notodontiae). A veces se la clasifica en el género Traumatocampa. Abunda en los bosques de pinos de Europa del Sur y central, donde es una plaga muy extendida. Además de los pinos, habita también en cedros y abetos.

Las orugas (fase de larva) están cubiertas de pelos urticantes que se desprenden y flotan en el aire, por lo que pueden provocar irritación en oídos, nariz y garganta en los seres humanos, así como intensas reacciones alérgicas. La sustancia que le confiere esta capacidad urticante es una toxina termolábil denominada Thaumatopina.


Thaumetopoea pityocampa como todos los lepidopteros tiene un desarrollo de tipo holometabólico, con fases de embrión (huevo), larva (oruga), pupa e imago(adulto/mariposa).

Los individuos adultos en forma de mariposas se aparean en verano. La hembra pone sus huevos sobre las copas de los árboles, formando puestas muy características en forma de espiral alrededor de una o dos acículas. Entre 30 y 40 días después nacen las otugas (generalmente en los meses de septiembre-octubre), que pasarán por cinco estados larvarios que en zonas frías pueden llegar a durar hasta ocho o nueve meses. Las orugas tienen comportamiento social, de modo de durante toda su vida larvaria establecerán interacciones cooperativas normalmente con sus hermanas de puesta. También de forma general, desarrollarán toda su vida larvaria sobre un mismo árbol, y solo lo abandonarán para hacer la procesión de pupa o bien para buscar un pino contiguo si han agotado la totalidad de las aciculas del pino donde nacieron (esto solo ocurre en pies de muy pequeño porte o cuando hay varias puestas sobre un árbol de no mucho porte). Inmediatamente después de eclosionar y salir las larvas empiezan a alimentarse de las acículas de los árboles (género Pinus principalmente), produciendo su defoliación. El principio, por su tamaño y actividad el nivel de alimentación y la defolicación es moderada. Desde el primer estadío larvario, las colonias de orugas construyen conjuntamente pequeñas bolsas de seda con función de refugio colectivo. A partir del tercer estadio larvario las orugas construyen sobre los árboles unos bolsones mucho más densos y conspicuos, en los que pasarán el invierno. En ellos pasan los periodos diurnos y salen para alimentarse al atardecer. En el quinto estadio larvario las orugas son tremendamente voraces. Tras alimentarse durante unos 30 días, entre febrero y abril, las orugas en esta última fase descienden al suelo desde los árboles, en características filas indias (de ahí su nombre común de "procesionarias"). Se desconoce la causa pero está comprobado que es siempre una hembra (una larva que originará un adulto hembra) la que guía la procesión. Finalmente se entierran en el suelo, donde pasan a la fase de pupa o crisálida. En verano las crisálidas hacen eclosión, y surgen las mariposas cuyo periodo de vida es muy corto (entre uno y dos días), que se aparean, comenzando de nuevo el ciclo. Es en esta última fase del ciclo donde las trampas de feromonas son efectivas.
En la Península Ibérica ataca a todos los géneros de Pinus presentes.
También se la ha descrito sobre especies del género Cedrus de la Península.

Aun cuando las poblaciones de Thaumetopoea pityocampa alcanza niveles muy elevados y son capaces de defoliar intensamente los árboles, difícilmente pueden llegar a constituir una plaga forestal. A lo sumo pueden llegar a reducir los crecimientos de las plantaciones de pinos. En lugares con producción maderera los daños pueden ser tenidos en cuenta. En lugares con fuerte estrés hídrico estas defoliaciones pueden ser muy poco relevantes sobre el interanual crecimiento de los árboles, teniendo en cuenta las fuertes restricciones de crecimiento impuestas por el clima. El principal efecto negativo son los posibles daños a las personas (especialmente niños) provocados por las poblaciones situadas en las cercanías de las áreas recreativas o lugares frecuentados por campistas. Es por tanto un problema de salud pública y no una plaga forestal. Este enfoque debe ser tenido en cuenta en la gestión de la misma.

Para controlar las poblaciones de esta especie se utilizan medios físicos, químicos y biológicos. Los medios físicos pasan por la eliminación de los bolsones, cuando las orugas están dentro, estos se cortan, apilan e incineran destruyendo las poblaciones larvales. En el pasado se disparaba contra los bolsones. La lucha química consiste en la fumigación con insecticidas autorizados (piretroides e inhibidores de quitina y Bacillus thuringiensis), deben aplicarse sobre las fases larvarías en los primeros estadíos de desarrollo, antes que desarrollen los pelos urticantes de tercer estadío. Pueden aplicarse utilizando medios terrestres. Hasta el 15 de septiembre de 2012 se utilizaban los medios aéreos, pero estos han sido prohibidos en la U.E., y en España desde esa fecha, tras la publicación del Real Decreto 1311/2012, de 14 de septiembre, por el que se establece el marco de actuación para conseguir un uso sostenible de los productos fitosanitarios.

El principal método de lucha biológica, quizás la más efectiva considerando efectividad/esfuerzo, consiste en la utilización de feromonas para capturar en trampas a los machos adultos reduciendo las posibilidades de cópulas. Al capturar sólo machos las trampas son sólo eficaces con densidades poblacionales bajas. Se utilizan también para evaluar niveles poblacionales de adultos










En: es.wikipedia.org


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